Los daños causados por filtraciones de agua, debido a una impermeabilización inadecuada, pueden ser costosos de reparar. Estas reparaciones pueden variar dependiendo del tamaño del edificio y la magnitud del daño; pero, a menudo, implican la sustitución o reparación de techos, paredes, pisos y otras áreas afectadas; donde los costos pueden sumar varios millones de pesos.
La falta de una impermeabilización adecuada puede conducir a pérdidas significativas de energía, ya que el agua filtrada, entre otras cosas, puede afectar el aislamiento térmico del edificio. Esto aumenta la demanda de calefacción y refrigeración, lo que se traduce en facturas de servicios más altas y mayores emisiones de gases de efecto invernadero.
La humedad y el moho que resultan de una impermeabilización deficiente conlleva graves consecuencias para la salud de los ocupantes del edificio. El moho produce esporas que pueden desencadenar reacciones alérgicas y problemas respiratorios en personas sensibles. Además, la exposición prolongada puede estar relacionada con el desarrollo de asma y otros problemas respiratorios crónicos.
El mayor problema es que las filtraciones, a lo largo del tiempo, debilitan la estructura del edificio. Los materiales de construcción, como el acero, pueden afectarse y perder su integridad; lo que supone un peligro para la estabilidad del edificio y requiere cuantiosas reparaciones estructurales.
Los perjuicios causados por problemas de humedad reducen significativamente el valor de una propiedad. Los potenciales compradores pueden ser disuadidos por el riesgo de problemas futuros y los costos asociados con la reparación de daños previos y posteriores.